20 Junio 2018

Entrevista a la Dra. Raquel Ros, profesora de robótica a la Salle-URL

Raquel Ros se ha incorporado este año al equipo docente de ingeniería de La Salle-URL, concretamente en el área de robótica. Ros viene de Londres, donde ha trabajado también en el mundo de la investigación y la docencia así como en el mundo industrial. Especialista en Inteligencia Artificial, hemos hablado con ella para conocer más de este mundo y que se hace desde La Salle-URL.

Raquel, resúmenos un poco cual ha sido hasta ahora tu trayectoria profesional hasta incorporarte en La Salle-URL

Hice el doctorado en el Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIIA-CSIC) entre el 2003 y el 2008, donde me centré en la aplicación de métodos de IA para robots que realizan tareas colaborativas. Durante aquella época también realicé tres estancias a la Carnegie Mellon, a Pittsburgh, una universidad muy reconocida a nivel mundial en el área de robótica. Una vez finalizada la tesis gané una beca Marie-Curie de la Unión Europea para continuar mi carrera investigadora en Toulouse, en el Laboratoire d’Analyse et d’Architecture des Systèmes (LAAS-CNRS). Es aquí donde empieza mi investigación en temas de interacción hombre-robot, centrado en la transferencia de modelos cognitivos desarrollados en el área de psicología en robots para mejorar la interacción hombre-robot.

Dos años más tarde, me trasladé a Londres, para trabajar en el proyecto europeo ALIZ-E en el laboratorio Personal Robotics de la universidad Imperial College London. En esta ocasión el proyecto se centraba en el desarrollo de robots en el ámbito educativo y de salud, donde un robot humanoide, el Nao, tenía que interaccionar con niños durante una secuencia de sesiones para adquirir hábitos alimenticios y actividades físicas saludables. Después de 10 años en el mundo de la investigación, decidí probar el mundo industrial, y trabajé en Cambridge.  Consultants, una consultora dedicada al desarrollo de productos de innovación. Allí trabajé con el equipo de diseño centrado en el usuario, haciendo estudios de explotación para identificar necesidades y problemas en usuarios finales para guiar el diseño de nuevos productos.

Finalmente, en septiembre del 2017 me incorporé en La Salle, con muchas ganes de volver al mundo de la investigación y la docencia, y para continuar trabajando en el desarrollo y aplicación de la robótica social en ámbitos de educación y salud principalmente.

 

¿En temas de formación e investigación, qué diferencias ves entre los distintos sitios donde has estado?

Tuve la suerte de trabajar en lugares donde la robótica ha sido desde hace mucho tiempo una apuesta importante y, por lo tanto, se han asignado siempre muchos recursos para poder trabajar con robots muy avanzados. Esto evidentemente resulta muy motivador para los estudiantes y facilita el desarrollo de aportaciones relevantes en la investigación.

La diferencia más significativa seguramente sería entre Estados Unidos y Europa. En Estados Unidos el ritmo es muy intenso, y los estudiantes se dedican mucho para salir adelante. En Europa, no es el caso. No digo que no tengan interés o que no sean buenos, pero el clima es algo más relajado. La exigencia es diferente, se intenta ayudar lo más posible a los estudiantes, y quizás las consecuencias son que el alumnado no siente la necesidad tan alta de darlo todo, puesto que cuentan con que al final se los ayudará un poco. En Estados Unidos es el contrario. ¡He visto defensas de tesis donde el mismo director de tesis cuestiona más al candidato que el resto del tribunal!

Durante la estancia en Cambridge también me sorprendió el nivel tan elevado con el que acaban los alumnos de bachillerato. Es bastante común que los estudiantes, antes de entrar a la universidad, realicen una estancia de un año en una empresa para tener una primera experiencia laboral y asegurarse que el grado que eligen es el que quieren hacer más adelante. Durante este año trabajan en proyectos de las empresas, aprendiendo mucho del día a día, pero también desarrollando y haciendo aportaciones importantes. ¡No se trata de hacer trabajos tediosos o que nadie quiere hacer! Al contrario, se les dan oportunidades para ser creativos e innovadores.

Raquel Ros a La Salle-URL

Estas especializada en la inteligencia artificial aplicada a la robótica, explícanos un poco en qué momento nos encontramos actualmente en este ámbito.

Estamos en un momento muy importante, en el que se pasa de tener robots en laboratorios los cuales sólo tienen acceso los investigadores, a robots que están al alcance de la gente “de la calle”. Un poco como los ordenadores, cuando se empezaron a vender por uso personal y no sólo en sectores restringidos. Es verdad que los robots más avanzados todavía son de laboratorio, pero hay una gran cantidad de robots menos sofisticados, pero con mucho potencial, que ya se pueden adquirir con mucha más facilidad. ¡Esto tiene implicaciones positivas y negativas, como todo!

Como positiva, principalmente, creo que esto abre un espacio importante por la robótica en el día a día de la gente. En poder llegar realmente a la gente que lo necesita y “como" lo necesita. Es decir, satisfaciendo necesidades reales y no escenarios ficticios con los que tradicionalmente se ha trabajado hasta hace poco. La implicación de esto es que la investigación puede ser mucho más aplicada. Ahora podemos hablar realmente de desarrollar robots que benefician la sociedad de manera directa, y no a largo plazo, o de manera indirecta. La aplicación es real, los retos son reales y la investigación se tiene que poner las pilas para poder estar a la altura de estas necesidades.

Otra ventaja es que poco a poco, la sociedad puede tomar conciencia de qué son los robots, cómo se pueden utilizar y qué beneficios pueden aportar. Esto es muy importante puesto que se tienen que romper los mitos que se han creado con la ciencia ficción, donde ¡hay robots exterminadores que acabarán con la sociedad! El hecho de tener robots al alcance de la población hará que la gente pierda este miedo, que normalmente es fruto del poco conocimiento que hasta ahora se ha tenido de la robótica.

Pero como en todo, también hay consecuencias negativas, o mejor dicho de riesgo. Creo que el peligro es que mucha gente que no tiene ninguna base teórica o conocimiento mínimo en robótica tendrá acceso en esta tecnología e intentará “vender” ideas o productos bajo este nombre, cuando en realidad quizás tendrán poco de robótico. El riesgo es que se use más como una herramienta de marketing que no como un producto donde la necesidad de ser un robot esté justificada. El problema será que se confundirá mucho a los consumidores, que acabarán teniendo una idea equivocada de qué es un robot y por lo tanto, puede afectar negativamente a los avances en la robótica.

Volviendo al parecido con el desarrollo de los ordenadores, los PCs (personal computers) empezaron a ser comercializados a finales de los 70 principios de los 80. Durante mucho tiempo sólo se podían hacer tareas muy específicas y la gente no tenía el conocimiento necesario para poder ir más allá. Esto pero, forzó a todos, desarrolladores y usuarios, a desarrollar y aprender aplicaciones más cercanas a las necesidades de las personas. Fue entonces un gran impulso para acercar más esta tecnología a la gente, y por otro lado, a la gente adaptarse a este nuevo producto usándolo para cubrir necesidades del día a día. Creo que ahora estamos en este punto con la robótica y espero que en uno algún momento, sea tan útil y asequible para todos como por ejemplo lo son los ordenadores.

 

Se habla muy a menudo de la robótica aplicado a la industria y su influencia en los puestos de trabajo. Aquí a La Salle se trabaja mucho en nivel educativo. ¿Qué puede hacer un robot para ayudar en la educación?

¡Mucho! Es una herramienta para aprender y descubrir conocimiento de manera alentadora y divertida. Creo que hay dos vertientes principales, y son las que ahora se trabajan a La Salle justamente:

Por un lado, se puede hacer aprendizaje STEAM (método de aprendizaje de Science, Technology, Engineering, Arte and Maths) a través de la creación de un robot. El robot es un elemento tangible con gran potencial motivador que mejora la inmersión en la actividad, potenciando el aprendizaje  de resolución de problemas, pensamiento computacional e ingenieril, y aprendizaje por error al igual que fomenta la creatividad y el desarrollo de habilidades sociales y motrices. La adquisición y retención del conocimiento, no es sólo teórico o memorístico, sino al contrario, entienden lo que están aprendiendo y el por qué.

Por otro lado, también se plantea el robot como una herramienta de apoyo en el aprendizaje, donde el robot puede jugar un rol de compañero o asistente-tutor, que ayuda a consolidar conocimiento adquirido por otros medios. En este caso, el robot es una entidad más que acompaña al alumno cuando está realizando alguna actividad, como por ejemplo, repitiendo conceptos aprendidos, revisando conocimiento adquirido, aclarando dudas (¡hasta cierto punto!), y sobre todo, acompañando al alumno de manera personalizada y motivadora. Así, las actividades de retención de conocimiento resultan divertidas, y como en el punto anterior, el alumno acaba consolidando el conocimiento de manera divertida y sin darse cuenta.

Raquel Ros programando robots

Raquel Ros programando robots

¿En concreto, qué trabajáis en La Salle? ¿Qué tipo de robótica hacen los estudiantes?

Los estudiantes de La Salle han estado trabajando hasta ahora en robótica en la construcción de robots desde cero para realizar alguna tarea en concreto, priorizando el desarrollo de robots sociales. Hasta ahora esto ha funcionado bastante bien, puesto que la robótica no estaba al alcance de todo el mundo. Pero esto está cambiando y ya existen bastantes robots comerciales con precios más razonables que se pueden adquirir fácilmente. Esto abre la puerta a poder centrarse no tanto al desarrollo de la parte hardware del robot, como hasta ahora, sino a dedicarse al desarrollo de comportamientos del robot. Construir robots desde cero ya no tiene tanto de sentido, a menos que se quiera hacer para lograr conocimientos mecánicos y electrónicos. Pero si el objetivo es el desarrollo de robots sociales aplicados al beneficio de la sociedad, se tienen que enfocar los estudios hacia esta área de más alto nivel, utilizando robots del mercado para hacer avances significativos. Esto no quita, está claro, que a un robot comercial se le tengan que añadir componentes en función de las necesidades. Y aquí se tiene que tocar el hardware y por lo tanto, el conocimiento y experiencia en estas áreas también es relevante.

 

¿Nos puedes destacar algún proyecto destacado que hayáis trabajado?

Desde hace ya unos años que La Salle ha trabajado en el mundo de robótica social. Los proyectos más destacados serían el de la Fundació Marató de Tv3, donde se realizaban actividades terapéuticas mediante el montaje de robots LEGO para desarrollar las funciones cognitivas de pacientes menores que habían sufrido trastornos cerebrales adquiridos. El otro proyecto significativo es el proyecto PATRICIA, centrado al estudiar el uso de robots mascotas, principalmente el PLEO, en la interacción robot-paciente de corta duración en niños hospitalizados con objeto de validar si su uso es beneficioso para minimizar el nivel de angustia. En los dos proyectos el Hospital Sant Joan de Déu era parte del consorcio, y es evidentemente, donde se llevaban a cabo los estudios con pacientes.

 

¿Hacia dónde vamos en el futuro en este ámbito?

¡Pues espero que hacia un mundo mejor! Suena muy utópico, pero creo y tengo la esperanza que los robots podrán resultar muy beneficiosos en nuestra sociedad. Una sociedad que cada vez se hace más grande, que cada vez está más ocupada y que necesita un respiro, y que por tanto, una ayuda siempre es bienvenida. Veo los robots como herramientas que nos pueden apoyar en nuestro día a día, no que nos reemplace en tareas o actividades que nos gusten y queramos hacer. Unas herramientas que nos permitan disfrutar de aquellas cosas que ahora por muchos motivos no podemos, pero deseamos.

De todos modos, todavía estamos en un punto muy inicial en el desarrollo de robots que realmente puedan hacer muchas cosas diferentes, en un mundo tan complejo como el nuestro. Ahora es momento de desarrollar robots en actividades específicas, pero que ya tengan un impacto directo en la sociedad, que sean realmente usuarios finales los que trabajen/utilicen los robots. Una vez logrado esto, podremos pensar en robots más flexibles y que sean capaces de adecuarse a cada vez más tareas/actividades hasta quien sabe, si un día conseguiremos desarrollar un robot genérico que pueda ocuparse de cualquier tarea como lo haríamos las personas.