Urubamba 2015: día 10
Este martes día 28 de julio son Fiestas Patrias en Perú, por lo que es festivo (feriado). Aprovechando este espacio de tiempo libre, el Hno. José Luís Vadillo, acompañado también por el Hno. Herbert, nos habían preparado una bonita excursión para poder visitar las Canteras de Cachiccata en Ollantaytambo. Si bien es cierto que yo ya tuve la oportunidad de ir el pasado año, el Hno. Vadillo este año nos había preparado una ruta mucho más larga, dura e increiblemente preciosa.
Como no puede ser de otro modo, salimos a las 6:00 a.m. de La Salle Urubamba en dirección Ollantaytambo. Allí enseguida cruzamos el río (2855m de altitud) y nos encaminamos hacia el camino de las canteras.
Subimos por el mismo camino del pasado año y pasamos por casa de un señor mayor que vive a 3000 metros solo, el Señor Guillermo, pero este año no le encontramos: había ido a buscar agua. Le dejamos en la puerta de su estancia un poco de comida que habríamos querido compartir con él y también poder conversar, ya que este año al venir el Hno. Herbet teníamos traductor de quechua. Seguimos y en seguida las vistas del Nevado Verónica que impresionan desde cualquier punto...
Antes de llegar a las canteras de Cachiccata, a su parte más baja, nos encontramos por el camino a unos niños que viven en una casa rural a estas alturas. Como el Hno. José Luís lo sabía de otras muchas salidas, les había traído unos juguetes y una foto hecha en otra excursión.
Seguimos adelante y a 3100 metros de altitud encontramos la primera parte de las espectaculares canteras de Cachiccata, donde los incas tallaban las grandes moles de piedra y las tiraban por el precipicio para construir las edificaciones de Ollantaytambo.
En el mismo lugar multitud de chulpas (tumbas donde se enterraban a los que morían en las canteras) muy bien conservadas. Pero nuestro camino no había hecho nada más que empezar. A partir de ahora se iniciaba una ascensión dura hacia la parte alta de las canteras.
Pasamos de 3100m a 3300m de altitud superando unos desniveles exigentes y con mucho calor. Pero nuestra meta está en la Puerta del Sol (Intipunku) situada en la cima que se ve en la foto superior.
No detallaré todos las vivencias ocurridas entre los 3300 metros y los 3948 metros de altitud finales. Tan sólo constatar que tan grande esfuerzo en la naturaleza tiene una gran recompensa, mayor que el esfuerzo realizado. Creo que las imágenes, siendo impresionantes, no hacen justicia a lo que nuestros ojos alcanzaban a ver cuando llegamos al Intipunku.
Después de hacer decenas de fotografías, inmortalizar el momento, alimentarnos y agradecer a José Luís esta maravillosa excursión, iniciamos el descenso que no comentaré. Tan solo decir que hacía un calor que quemaba.