Ciudades inteligentes: arquitectos e ingenieros trabajando codo con codo

Más de la mitad de la población mundial (unos 3.500 millones de personas) vive en un 1,5% del territorio del planeta. Ese es un dato que irá a más. Según las Naciones Unidas, en el 2050 entre un 70 y un 75% de la población residirá en las ciudades. Una previsión, que de cumplirse, dificultaría cada vez más la gestión del espacio urbano, además de ser peligrosamente insostenible si tenemos en cuenta que las ciudades consumen hoy en día más de dos tercios de la energía mundial. Ante esta situación, hace años que políticos, arquitectos e ingenieros aceptaron el reto de construir ciudades más sostenibles y eficientes dotándolas de inteligencia. Son las llamadas ciudades inteligentes (smart cities en su término anglosajón). Ahora vemos los primeros resultados. Experiencias de proyectos en período de pruebas como la primera calle inteligente de Catalunya, en Sant Cugat. Las nuevas tecnologías pretenden dar solución en la gestión del agua, la energía, los residuos, la movilidad y la información. Y lo más importante, a tiempo real. Algunos de los primeros dispositivos inteligentes ya se aplican en:

• Las farolas. A partir de unos sensores de movimiento, se encienden cuando va a pasar un transeúnte.
• Contenedores de basura. Un chip avisa a las empresas de recogida de residuos para saber si el contenedor está lleno o no y determinar la ruta de la flota de vehículos.
• Control del tráfico. Mediante cámaras y sensores se analiza el volumen de tráfico y permite aumentar o reducir la frecuencia de los semáforos, si es necesario.
• Plazas de aparcamiento.  Un dispositivo colocado en el suelo emite una señal si en una calle hay plazas libres, y marca la posición.
• Aspersores de riego. Están conectados por Wi-fi al servicio de predicción meteorológica y si detectan que va a llover en breve, se apagan.

Lejos de las luces de neón y las autopistas aéreas, las ciudades inteligentes facilitaran la vida a los ciudadanos y a quiénes las gestionan.