Proyecto de cooperación internacional desde PROIDE Campus. Urubamba introduce las nuevas tecnologías en la comunidad alto andina de Perú como mecanismo de inclusión social y forma a docentes y alumnos de la comunidad.

19 Julio 2017 | Publicado por Redacció Projecte Urubamba

Urubamba 2017: día 0

La llegada del equipo de este año se he hecho en dos etapas. Por un lado, Xavier Canaleta y David Badia llegaron a Perú dos días antes que los demás (ver post anterior: Difundiendo Proyecto Urubamba en Lima) para hablar del proyecto con la Universidad de ESAN. El segundo grupo, la profesora Eva Villegas, su marido y voluntario oftalmólogo Rafel Zaragoza, sus hijas Nuria y María, su sobrina Paula, la voluntaria Mari Romero y el profesor Emiliano Labrador, llegamos el sábado 15 al aeropuerto de Lima.

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En el aeropuerto nos encontramos todo el equipo y ya todos juntos partimos rumbo a Cuzco.

Allí nos esperaban el director del Instituto Superior Público La Salle Urubamba, el hermano Manuel Marín y el hermano y una de las almas del proyecto Jose Luís Vadillo que nos llevaron hasta el instituto, donde nos acomodamos.

El sábado fue día dedicado a saludos a viejos conocidos y a nuevos amigos. Y sobre todo a la aclimatación. No olvidemos que Urubamba está a casi 3000 metros sobre el nivel del mar. Tras organizar algunos detalles con el director, nos fuimos a dormir. Llevábamos más de 24 horas de viaje.

El domingo 16 se celebra la Virgen del Carmen, que goza de gran devoción en gran parte del Valle Sagrado de los Incas, que la llaman La Mamacha, ya que es muy normal que se mezcle la devoción católica con sus costumbres ancestrales. Así, en muchas poblaciones se hacen grandes celebraciones, y siguiendo el consejo del hermano Vadillo nos fuimos todos en una Van pública a Pisaq, una población a una hora de camino donde muchas de las Comunidades de las montañas van a rendirle homenaje.

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La celebración fue mucho más deslumbrante de lo que ya esperábamos. Cada Comunidad participante estaba engalanada con su mejor y más rico traje típico, y acompañados de orquestas más o menos modestas, recorrían las calles del pueblo danzando y animando la fiesta. Las mayordomos de la Virgen, que acompañaban a cada Comunidad portaban ricos estandartes y una reproducción de la Virgen que abrían el camino. La riqueza de la indumentaria y las danzas Incas, con su iconografía de sus dioses y demonios, mezcladas con la más clásica devoción a la Virgen formaban una mezcla cuanto menos sorprendente para nuestros ojos occidentales.

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Tras la misa y la procesión, estalló la fiesta. Cientos de lugareños de todo el Valle, y un número generoso de extranjeros, bajo un sol ardiente pese a ser invierno, disfrutamos de la comida típica como la carne a la caja china (una especie de barbacoa invertida), chicharrones, truchas ahumadas y cerveza Cusqueña. ¡Y que no falte una buena tarta de tres leches!

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Ya por la tarde volvimos al Instituto para preparar el viaje a Pampallacta. Al día siguiente teníamos mucho trabajo que hacer en las montañas. Comienza el trabajo.

Emiliano Labrador

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