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23 Abril 2018 | Publicado por Equipo Editorial de UX

Llegó la hora en la que uno debe plasmar todo el proceso vivido en unas líneas

Llegó la hora en la que uno debe plasmar todo el proceso vivido en unas líneas; así que manos a la obra. La clase de analítica me gustó mucho, la forma en la que explicó todo el temario, pero sinceramente creo que es insuficiente el tiempo dedicado a este apartado en clase como para poder absorber de forma productiva la información necesaria. Tengo la sensación de que hay algunas clases en las que sobra demasiado tiempo y otras (como esta), en las que falta. Tenía muchas ganas de llevar a cabo este módulo, ya que es algo que puedo ver diariamente en aspectos de mi trabajo, pero al no ser mi responsabilidad, no dominaba mucho, pero siempre me había llamado la atención y alguna vez había cotilleado reports de distintas áreas de trabajo. Empezamos todos con bastante implicación en el proyecto, y las primeras pre-entregas se entregaron de forma correcta, pudiendo haber trabajado bastante en profundidad en cada uno de los apartados. No estábamos muy seguros de si lo que hacíamos era correcto, ya que ninguno de nosotros había hecho nunca antes un estudio mediante Google Analytics de un perfil de usuario. Además, es una herramienta tan potente, pero a la vez tan amplia, que una vez te metes ahí dentro, tienes el peligro de verte arrastrado por la marea de los datos y acabar soñando con números durante toda una semana. Pero una vez lo vas dominando y experimentando, las aguas turbias se vuelven más apacibles, y hasta se puede nadar en ellas disfrutando del viaje. El bajón vino un poco más tarde, cuando nos pasaron el feedback de las dos primeras entregas. Había bastantes cositas que debíamos retocar o volver a mirar bien, ya que habíamos confundido objetivos con microconversiones, y consecuentemente, había muchos objetivos y kpis que debíamos cambiar para que todo tuviera sentido y estuviera cohesionado. A partir de ahí se hizo un poco cuesta arriba todo. Se trataba casi de rehacer lo que ya habíamos hecho, tuve la sensación de que no se terminaba nunca, y cuando pudimos tener todo corregido, faltaba aún la parte final del entregable. Ha sido uno de los diciembres más largos de los que tengo consciencia. Las Navidades tampoco ayudan mucho a la concentración y la implicación en el trabajo. Alguno de nosotros se encontraba de vacaciones, siendo más difícil coordinarse y ponerse de acuerdo; entre sopa de escudella, Lambrusco, y turrones, las neuronas parecen aletargarse hasta que desaparece el efecto del empache. Debido a esto, hubo bastantes días en que el trabajo se quedó un poco “colgado”. Y claro, cómo no, el efecto “sprint final”, con su estrés correspondiente: reclusión en casa todo el fin de semana, horas nocturnas, ojeras, litros de café. Es un clásico mundialmente reconocido, al nivel de “el Padrino”. A nivel personal, me faltaron un par de días más para poder revisar bien todo el contenido que entregamos, y quizás optimizarlo un poco más a nivel visual para acabar de estar contenta con el resultado. En la última parte, volvió a pasar como en la entrega anterior, depender del contenido del resto para poder terminar los entregables con tan poco tiempo me genera mucho estrés y no trabajo a gusto, a ver si a la tercera va la vencida. ¡A por más y mejor!

Marina Van Remoortere MUX - Máster en User eXperience Edición 2017-2018 La Salle Campus BCN – Universitat Ramon LLull
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