Garabateando

Por fin llega el módulo donde vuelvo a sentirme diseñador. Lápiz, papeles, bocetos, dibujos, programas visuales, etc… Esto ya es de lo mío! Después del primer seminario con Tona, veo que no será tan sencillo como parecía. Hay que tener en cuenta muchos aspectos, resoluciones, tamaños, dispositivos, usuarios... En fin, otro reto más. Nos dan cuatro pinceladas sobre el que será durante unas semanas, nuestro amigo-enemigo Axure. Un programa de prototipado, que a primera vista, parece sencillo al uso y no aparenta dificultades… de momento, pues nos tenía reservada alguna que otra sorpresa.

Pues empezamos. Las primeras sesiones de trabajo “pintan” bien, todo el mundo tiene ideas y empezamos a “crear” nuestros pequeños Frankestein sobre el papel… Surgen mini guerrillas para defender cada una de las ideas, llegan el momento de la argumentación y la tensión. Cada integrante del grupo se encargará de unas pantallas, para darles forma. Parece que todo va rodado… Pero tardamos mucho más de lo previsto, pues es complicado organizar la información en cada uno de los dispositivos. Es difícil decir que se ve y cómo… y como a medida que el dispositivo se va reduciendo, hay que ir sacrificando una parte de la información visible e ideando formas de organizarla de la mejor manera.

Una vez validados los sketches (cuando yo era pequeño a esto se le llamaban bocetos… ) , empezamos a pasar a limpio esos papeles llenos de buenas intenciones. Nuestro amigo Axure empieza a darnos las primeras “alegrías”, que si estilos, que si retículas, que si ahora lo alineo por aquí, que si no s eme cargan los “Awesomes”, que parece que queda desplazado hacia allá… El tiempo corre, los nervios también. Mil pruebas en todos los dispositivos que tenemos…. iPad, iPhones de distintos tamaños, portátiles, sobremesas… Ajustes constantes para conseguir el tamaño adecuado en cada uno de ellos, vueeeelve a publicar… Unes todos los archivos. Que si “esto se me corta”, “parece que se ha desmaquetado”, “yo creo que no debería salir aquí”, “¿seguro que la retícula es la buena?”, “los tamaños de los textos son muy pequeños”, “estos botones son enormes… pues yo los veo bien”…

Empiezan a verse los primeros frutos, cuando las manos mágicas de nuestros técnicos aplican su particular “brujería” sobre los archivos y vemos los primeros efectos de movimientos (menús que se desplazan y despliegan, elementos que son clicables…). Y entonces, cuando el sol ya no estaba entre nosotros, vimos que todo el esfuerzo de estos días tenía la recompensa de ver como los wireframes, haciéndonos pensar que ya eran toda una aplicación y nos llevaban al engaño, haciéndonos clicar en zonas que aún eran solo un “cartón-piedra”… Esa fue la señal inequívoca, que esto ya parecía una aplicación real y que el trabajo intenso de estas semanas había valido la pena.

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