Una UX más en el mundo

En este último tramo de la preparación del trabajo final han aflorado sentimientos similares a los tuve cuando empezó el postgrado: alegría por terminar, pena por dejar de ver tan a menudo a mis compañeros del grupo, pero sobretodo, nervios y más nervios.

Primero fue en el seminario de Sonja en el que tuvimos que demostrar nuestras “fantásticas” habilidades para hablar en público delante de todo el grupo. Tras su presentación impecable en la que nos dio varias herramientas para superar el medio escénico, nos tocó el turno a nosotros. Nadie se escapó de improvisar un discurso delante de todos los asistentes al seminario. Y lo peor de todo...Discurso grabado… Aunque el miedo y los temblores fueron considerables (hablo por mi, pero creo que fue un sentimiento generalizado), tras vernos en la pantalla la reacción fue la misma: “Pues no está tan mal”. Fue sorprendente ver cómo la imagen que teníamos en la cabeza de cómo había ido la presentación era totalmente distinta a la realidad, lo que nos ayudó para poder calmar los nervios de cara a la presentación delante del cliente.

En cuanto a la redacción del proyecto final, aunque ya estaba todo hecho, fue laborioso sintetizar en poco más de veinte páginas todo el trabajo realizado. Tuvimos que hacer varias revisiones del documento hasta llegar al contenido final que queríamos mostrar.

Y el colofón fue la presentación con el cliente. Horas ensayando en silencio durante el trayecto de casa al trabajo, y de viva voz delante de familiares; la cabeza a punto de explotar y con la sensación de quedarme en blanco en el momento menos oportuno. Finalmente llegó la mañana esperada. Los nervios fueron a más a medida que el reloj se iba acercando a las 10:00h. De pronto escuchamos: “Ya podéis entrar”. Después de saludar a los miembros del tribunal, Lara empezó con la exposición, Marina siguió con las metodologías y las conclusiones de las partes más de análisis del proyecto, y Carlos y yo mostramos el rediseño aplicado a Ipad y desktop de la aplicación del cliente. Mientras duró la presentación fue gratificante ver cómo el cliente asentía con la cabeza, por lo que deducimos que lo que la planteábamos era lo que él estaba esperando. Y así se reflejó en la calificación que obtuvimos. Un 9!!:)

Mi satisfacción por haber terminado el postgrado es tan grande que estaría todo el día diciendo que soy una UX más en el mundo (aunque la mayoría de gente aún no entienda el concepto…).