Las Smart Cities y los Polígonos de Actividad Económica

Cuando miramos los planos de las ciudades observamos en el “extrarradio” de éstas unas manchas, a menudo azules, que posicionan y sitúan geográficamente los polígonos industriales. Más bien dichos: Polígonos de Actividad Económica (PAE). Son todo eso que entre todos hemos apartado, y casi escondido, del lugar donde vivimos o zona residencial, ya desde el s. XIX.

En los PAE no solamente hay industria sucia y llena de “humo radioactivo y contaminante”, sino que también existen industrias limpias, innovadoras, servicios y equipamientos. Cada municipio grande o pequeño pidió un PAE a la carta de los Reyes Magos mientras descartaban la instalación de, por ejemplo, prisiones o vertederos o instalaciones más adecuadas a su idiosincrasia.

Ahora, tenemos cocinas integradas con la sala de estar y conviven los humos con el sofá, el lugar donde elaboramos con el lugar donde nos relajamos y, bien llevado, no pasa nada. Y quizás, mejoramos circulaciones, perspectivas, sensaciones, eficiencia energética y relaciones familiares.

Ejemplo distribución territorial. Parque científico y tecnológico Torrelavega, Cantabria

Cuando hablamos de Smart Cities estamos hablando de afrontar las problemáticas surgidas en la ciudad y encontrar, con más o menos ayuda de las TIC, las posibles soluciones conducidas en términos de eficiencia energética y sostenibilidad con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas.

Lo que más me admira de las Smart Cities y de este Postgrado que cursamos enLaSalle es la interactuación y calentamiento de los iones de diferentes “familias” como son el gobierno, el urbanismo, la movilidad, la salud… como si hilásemos transversalmente las lamas de una persiana.

Se están consiguiendo grandes retos des de la gestión inteligente de las ciudades donde vivimos, pero no olvidemos que los PAE también son la ciudad donde básicamente trabajamos e igualmente desde aquí se mejora la calidad de vida de las personas, como mínimo ocho horas al día, dos ratos de trayecto y otro de relaciones personales o comida por el medio.

Desde las asociaciones de empresarios y desde la misma Diputación de Barcelona (Tejido Productivo) nos llegan inputs constantes relacionados frecuentemente con las grandes carencias de los PAE respecto telecomunicaciones y movilidad, también en dificultades en el asociacionismo público y/o privado, eficiencia energética de los edificios, alumbrado público, residuos y seguridad.

Existen por parte de los municipios, de asociaciones o del sector privado, no sólo iniciativas tecnológicas sino también iniciativas de gestión inteligente de la tecnología o Smart (terminología muy adecuada que comentaba María Serrano Basterra). Ejemplo de ello son el Smart PAE del Ayuntamiento de Rubí (eficiencia energética), Ayuntamiento de Terrassa (app web para trabajadores del transporte) o Sant Quirze del Vallès (movilidad).

La incorporación de los PAE al modelo de ciudad enfortecerá el concepto de Smart City.

En los PAE estamos hablando del mismo lenguaje que en las “ciudades donde vivimos”, pero los primeros juegan en segunda división. Nos deberíamos creer –desde el planeamiento urbanístico, desde el gobierno y desde el mismo punto de vista del ciudadano- que los PAE son ciudad y así podrán ser ciudades smart. Y además, evolucionamos hacia una mezcla y mixtura de usos y a una elasticidad de espacios de trabajo dentro de la ciudad. De la gestión inteligente de los PAE –existentes o de nueva creación- dependerá su desaparición o su reorientación.

Y serán decisivos conceptos clave, comentados anteriormente, como cooperación, movilidad, seguridad, empezando por el “Replaneamiento urbanístico” como capa base de las Smart Cities. En el 22@ de Barcelona por ejemplo, la apuesta clara por las tecnologías del conocimiento tuvo que pasar por una potente renovación urbana.

Lo que está claro es que no hay recetas únicas...

Antoni Buades Alumno Postgrado en Smart Cities (PSMC) 2015 La Salle BCN