Cómo vender experiencias en vez de productos

Un producto se puede vender de muchas maneras. Se puede vender sin más o lo podemos convertir en una experiencia. Leaf Van Boven y Thomas Gilovich llevó a cabo una prueba para comprobar el impacto de las experiencias y llegó a dos conclusiones. La primera de ellas que las compras de las experiencias habían resultado más placenteras que las de los productos. La segunda que la mayoría recordaba mejor la compra de dichas experiencias. Y tiene sentido ya que una experiencia es única e irrepetible y solo existe en la mente del consumidor, hecho que al recordarla, se tiende a idealizarla. Y es que ya no tenemos suficiente con comprar productos. Ahora las vivencias venden y las necesitamos para llegar a un número cada vez mayor de consumidores. Por este motivo, os ofrecemos unas claves para que aprendáis a venderlas:

Conocer en profundidad el producto o servicio porque no es solo eso. Un libro no solo es papel y tinta, sino que es mucho más. Es intriga, drama, comedia o amor. Para vender nuestro producto debemos conocer los efectos que causará tras su consumo. El buen vendedor seducirá (que no significa que acosará a argumentos para convencer al público objetivo) y convertirá su producto material en algo existencial e intangible. - Investigar el target y su contexto. Así deberíamos consultar páginas oficiales de estadísticas como la de INE, para conocer acerca de los canales de venta electrónica online, su frecuencia, actividad y sobre todo sus motivos. Según los estudios oficiales, más del 70% de los hogares españoles tienen internet en casa y el 98% de éstos también lo consumen mediante su smartphone , por eso es imprescindible que la web se adapte a estos dispositivos y sea Response Web Design. - Enfocar las campañas siendo creativo. Llevaríamos a cabo análisis cualitativos y cuantitativos para descubrir los deseos y las necesidades del público objetivo. Y aunque el target sea, por ejemplo, personas de entre 20 a 25 años; se pueden crear experiencias dónde sus padres deban participar para explorar la interactividad y recibir una buena dosis vivencial de la marca. - El marketing es una competición por la mente de las personas. No solo valen las métricas sobre la inversión ya que la mente es impredecible y emocional. La marca debe perpetrarse en el imaginario de los usuarios pero de una manera evolutiva y a largo plazo.