Las 60 horas más largas (segunda parte)

Las primeras horas suelen ser bastante tranquilas, ya que el Canal de Beagle actúa como "refugio". Gerardo, el Comandante del BIO Las Palmas, después de avisar de que la previsión del Drake era mala, nos dio algunas recomendaciones para que los efectos devastadores del Paso del Drake fueran los mínimos: comer alimentos sólidos y beber tan solo el agua (o zumos, o refrescos...) justa y necesaria. Si no, nuestro estómago sufriría el llamado "efecto lavadora". A las pocas horas el parche de escopolamina empezaba a hacer efecto y cada vez tenía más sueeeeeeeño y más sueeeeeeeño... además, la cosa empezaba a ponerse fea y empezó el espectáculo: sentirte ingrávido, darte golpes con todo lo de alrededor, echar las primeras papillas... hubo 4 horas que fueron muy críticas.
Compañeros con más resistencia que yo me aseguran que las olas pasaban por encima del puente y que en ocasiones la popa y la proa quedaban por debajo del agua, ¡más que un barco parecía un submarino! Después de unas 30 horas vegetando, me atreví a levantarme de la cama y comer algo, ya quedaba menos... durante las últimas horas aproveché para ducharme, hacer fotos y prepararme para pisar la Antártida. Aquí lo dejo, en el próximo post os cuento mis primeras impresiones al llegar a la Antártida.
Por cierto, ¿es duro el Drake? Vosotros mismos: Enlace Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Paso_Drake Navegación con el rompe-hielos "Comandante Viel":