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15 Junio 2010 | Publicado por Equipo Editorial MBA

Carrefour lanza una marca blanca de su marca blanca.

Carrefour ha anunciado el lanzamiento en España de su nueva segunda marca blanca "Carrefour Discount", la cual es todavía más barata que su primera marca blanca y que se comercializa en todos los formatos del grupo: híper, supermercados Carrefour Market, en sus tiendas de proximidad Carrefour City y en su web La empresa ha explicado que, con esta segunda marca, se comercializarán artículos de alimentación, perfumería y droguería "al precio más bajo". Por ejemplo, un litro de leche desnatada de marca blanca Carrefour se vende a 0.53€, mientras que la de marca Carrefour Discount se comercializa a 0,49€. Pero ¿dónde está el límite en la reducción de precios de los productos en la gran distribución? ¿Quién asume estas reducciones en el precio de los productos? ¿Esta reducción de precios beneficia realmente al consumidor? Actualmente, muchos fabricantes de marca propia que abastecen a la gran distribución están asumiendo pérdidas con el objetivo de mantener su cuota de mercado en dicho canal. Por ejemplo, las promociones de descuento en la segunda unidad adquirida por el consumidor, están siendo asumidas íntegramente por los fabricantes. Siempre se ha acusado a las grandes superficies de ser en realidad empresas financieras, más que detallistas. Ahora, están dando una nueva vuelta de tuerca a la presión que ejercen sobre sus empresas proveedoras. Lo que está claro es que, ahora más que nunca, el fabricante que no aporte valor añadido y diferenciación a sus productos, acabará convirtiéndose en un mero productor de marca blanca para la gran distribución. ¿Es eso lo que queremos? ¿Queremos un tejido empresarial compuesto por fabricantes anónimos y dominados por la gran distribución? De cara al consumidor, debemos hacer la reflexión de que la reducción de precios se convierte en una estrategia de "pan para hoy y hambre para mañana". No hay que olvidar que detrás de las empresas fabricantes hay empleados y que, a su alrededor, hay toda una industria auxiliar con más empleados. Al final, las pérdidas o la insuficiencia de margen comercial, provocan el adelgazamiento de las plantillas y la reducción de inversiones por parte de las empresas. La reducción constante de precios perjudica a alguien en la cadena de suministro, y ese alguien acostumbra siempre a ser el más débil.

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