Plan... Usuarios… ¡Acción!

Este módulo ha resultado ser de lo más interesante. Tanto la realización de los tests como el antes y el después te hacen aprender muchas más cosas de las que puedes imaginar.
Básicamente, te das cuenta de que eso de ser experto en usabilidad significa ser diseñador, psicólogo y matemático a la vez. Como mínimo. Y mola.

La preparación de los tests te obliga a profundizar en el prototipo inicial, pensar en los aspectos sobre los que quieres centrarte para ser probados. También intentas prepararte para tratar con los usuarios y tenerlo todo organizado para que nada falle: acuerdos de confidencialidad impresos, cuestionarios a punto, ordenadores con batería, presentación más o menos memorizada, unos pocos nervios y la bandeja de croissants… ¡listo! ¡Que pase el primero!

Después de los primeros segundos de nerviosismo extremo, llega la tranquilidad y el test fluye casi solo. Bueno… esto en el caso del facilitador. Si eres el observador, ya puedes preparar tus 4 manos y 10 orejas para recoger toda la información que debes apuntar: marca el éxito de la tarea, cuenta los números de clics que el usuario hace, estate atento al cronómetro que va avanzando, anota la ruta que utiliza, todo lo que se dice y lo que consideres relevante de lo hecho en cada momento. Todo esto en los 20 segundos que tarda el usuario en realizar la tarea. Imposible. Pero divertido.

Una vez terminados todos los tests y descansado lo merecido (no veas lo que cansa eso de escuchar y apuntar), toca sacarle el polvo a tus conocimientos de Excel, porque te vas a hartar de crear tablas, hacer cálculos, pintar gráficas, equivocarte por un número y volver a empezar.
La estadística no es lo que más me emociona de este mundo, pero una vez has terminado, es fantástico ver lo bonito que queda y lo claros que ves los resultados.

La conclusión principal a la que llegas con todo esto es que tu prototipo no es perfecto (ya lo sabías, pero pensabas que era mejor de lo que los resultados dicen que es). Gracias a Dios que los usuarios te han quitado la venda de los ojos para que veas la realidad.

Sólo queda comentar que desde el inicio, este módulo ha sido una cuenta atrás de las que dan infarto. Cada día pensando “quedan tantos días para entregar el informe final” hasta llegar el domingo por la noche al punto, de decir “¡queda un minuto!”. Infarto, señores. Infarto.
Pero llegamos a tiempo y con un informe del que nos sentimos satisfechos. Creemos haber plasmado toda la información recopilada durante estos días y hemos extraído conclusiones
muy interesantes.

Ahora va a tocar darle forma a todos esos cambios que habrá que realizarle al prototipo para mejorarlo. Empieza el inicio del final.

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