De la piel al esqueleto
Durante años mi vida profesional ha estado encaminada a expresar de una manera visual un concepto o idea de cualquier producto o servicio. En los inicios todo era muy simple ya que las plataformas de comunicación eran más limitadas, pero la era digital trajo consigo la explosión de oportunidades y plataformas donde comunicar. Como diseñador, la evolución me llevo del diseño gráfico tradicional y publicitario al diseño digital y es ahí donde poco a poco creció mi inquietud por la experiencia de usuario. Dejó de tener sentido que algo fuera estéticamente bello si no cumplía una función real y el usuario no estuviera satisfecho de la experiencia, por eso cada vez me interesé más por el esqueleto y los músculos de la web que de su piel.
La elección de cursar el máster en experiencia de usuario significa el punto de inflexión donde mi foco ha cambiado definitivamente de provocar únicamente atracción visual a generar satisfacción experiencial.
El primer día de presentación se respiraba mucha expectación por saber qué grupo y proyecto se nos asignaría a cada uno. Y gracias a la generosidad de otro equipo pudimos intercambiar los clientes, de modo que todos estábamos satisfechos. El rediseño del site del organismo público internacional para el que vamos a trabajar es un gran reto. En mi equipo lo sabemos y desde el primer día se notan las ganas y la ilusión de hacer un gran trabajo.
Las sensaciones en los primeros seminarios han sido muy positivas. A nivel estructural las clases son amenas, mezclando teoría muy interesante con ejercicios participativos. Porque esto lo dejaron claro desde el primer día, no sólo se trata de qué comunicar, sino de cómo comunicarlo. Así que intuyo que este componente va a estar muy presente a lo largo de todo el máster.
La puesta en marcha del módulo empezó por la elección de perfiles dentro del grupo. Todos estamos satisfechos de nuestro rol, y al ser un aprendizaje colaborativo todos habremos pasado por todos los roles al final del máster.
A partir de este punto entramos de lleno en la planificación de proyecto, estudiando el brief y finalmente teniendo la oportunidad de entrevistarnos directamente con el cliente. Y es ahí donde pudimos extraer información valiosa de cara a entender mejor los objetivos. Las explicaciones y los matices fueron de vital importancia para darnos una nueva dimensión del proyecto y ayudaron mucho a valorarlo desde otra perspectiva.
La siguiente fase ha sido elaborar el documento final del kickoff, que para mi sorpresa ha sido más complicado de lo que esperaba inicialmente. Por todos los factores que hay que tener en cuenta, y porque elaborar un plan de proyecto en una etapa tan temprana del máster es todo un reto. La intuición, la investigación y muchas horas han sido las claves para poder realizarlo.
Después de acabar el primer módulo me quedo con el aprendizaje tan intenso que ha sido desarrollar el kickoff. Porque hemos aprendido la dimensión de un proyecto de UX para un cliente real, y sobretodo porque la teoría de las clases de gestión sobre metodologías se ha demostrado en la práctica a lo largo de este primer módulo. Las metodologías de trabajo ágiles van a ser claves para el trabajo en equipo de ahora en adelante.