EL MBA DE LA SALLE, ¿POR QUÉ?

Lo siento, pero la primera respuesta a la pregunta es poco romántica. Es que a mediados de Septiembre mi mujer me enseñó el anuncio de la jornada informativa publicada en La Vanguardia.

Lo que sí es importante es la mirada con la que me dijo: “deberías ir, y si entras, ya nos las arreglaremos como podamos mientras estés estudiado”. Incido en lo importante que es ese “pacto familiar” que ya le comentó Silvia anteriormente. Pasaremos un año de dedicación al estudio y sacrificaremos horas de juegos con mis niñas para poder dar el paso para mejorar mi formación y competencia. Sin haber acabado, tengo claro que ya no seré la misma persona cuando acabe, allá por Enero del 2.013. Pero no por las muchas cosas que nos expliquen. Será por el trabajo personal que uno debe desarrollar para aprender cómo trabajar mejor y con más justicia.

Prometo actualizar las próximas fotos!!!

En cuanto a la escuela que he elegido, le explicaré mi vínculo familiar. Mi padrino se llamaba Juan Rubio Martínez, y era Hermano de La Salle. Fue misionero en África hasta su muerte, en 1.998. Estuvo trabajando en Madagascar, Benín, Costa de marfil, Togo y Burkina Faso. Comprenderá que dentro de mi familia, él fue un referente y una persona querida y admirada, porque más allá de la cuestión religiosa, subyace el compromiso personal en trabajar en algo que aporte valor. Ayer por la noche, estaba preocupado porque no sé pasar los vídeos del iPad al PC. Mientras, seguramente había un compañero de mi tío preguntándose cuando podrían arreglar la puerta que se había roto en una escuela de Lomé y que casi le pilla los dedos a uno de los niños. Todo depende del color del cristal con que se mire, ¿verdad?

Creo que mi tío Julio (era el nombre de su padrino y en casa siempre le llamamos así; tuvo más suerte que mi padre. Su padrino se llamaba Primitivo…) es la persona que más he admirado. No dudo que lo tengo idealizado, pues al fin y al cabo, sólo pude estar con él cuatro o cinco veces. No obstante, valoro mucho el tesón y compromiso que una persona demuestra al tomar una decisión que marcará su vida. Y aunque el ritmo frenético con el que vivimos no nos deja dedicar tiempo a la reflexión, me pregunto cómo lo hace la gente que con poco es feliz.

Por tanto, a la hora de elegir la escuela de negocios en la que estudiar, tuve pocas dudas. El día que llegué al Campus de La Salle, supe que allí sería. Me sorprende la poca propaganda que hacen los Hermanos de La Salle del estupendo Campus que tiene la universidad. A lo mejor necesitan un director de marketing…