Escorial 50: ordenación, espacio colectivo y generosidad.

En el 1955 se construyó el complejo de viviendas Escorial 50, y más de medio siglo después reaparece como caso de estudio de buenas prácticas en cuanto a sus espacios colectivos.

La propuesta de ordenación de manzana abierta nace como ensayo de una alternativa a la predominante en la zona, de manzana cerrada y alineación a vial con edificios entre medianeras.

Los edificios, al segregarse en varios volúmenes, dejan de encerrar un patio de manzana, abriendo el espacio colectivo a la calle en diversos puntos. La conexión de éste con la calle también se produce a través de algunos de los edificios.

La pendiente de las cuatro calles que lo limitan fue otro condicionante clave del resultado. Lo que se percibe como “planta baja” son en realidad hasta cinco niveles distintos. No obstante, las múltiples conexiones entre ellos a nivel tanto visual como de recorridos hacen que se perciban como un solo espacio contínuo.

En las últimas décadas la tónica general respecto a los espacios colectivos ha sido dictada por la a menudo "lógica" de rendimiento económico. Estos espacios, cuantitativamente se han reducirlos  al mínimo imprescindible por normativa, y cualitativamente se han relegardo a un papel simplemente de acceso y poco más.

Vale la pena volver la vista a ejemplos històricos como este, en el que la calidad del proyecto se basa principalmente en estos espacios,  y en sus articulaciones tanto con los edificios del conjunto como con la trama urbana en donde se integra.  Esta zona de Gracia indudablemente sale enriquecida por el conjunto, hasta el punto de ser reconocido por los habitantes como un lugar de referencia transcurridos ya más de medio siglo.

Autor: Xavier Prat, Investigador en formación