Reflexiones sobre la Historia de los Muebles
El pasado 30 de Marzo, los alumnos del Máster en Gestión Integral de la Construcción, especialidad en Interiorismo recibimos la clase de Historia del Mueble por Esther Travé Allepuz.
A raíz de ella, quisiera compartir una reflexión, con la que seguro están de acuerdo mis compañeros, acerca de esas lecciones que transmiten y que nos cuentan algo valioso. En la imagen superior aparecen cuatro asientos, a juzgar por su aspecto, de diferentes épocas, las cuales, aprendimos a identificar y, no sin dudas, a ordenar. Pero más allá de afinar la óptica y fijarnos en sus detalles, la clase nos enseñó que el mueble es un engranaje más que rueda con la historia, la arquitectura y la sociedad.
La decoración y el mobiliario, acompaña un pensamiento concreto, y de repente, entendimos que lo que hace tan funcional a la silla de Marcel Breuer es consecuencia de décadas de apuesta por la mezcla, por la decoración, por conceptos que se repiten (Neoclasicismo, Neogótico, Neoromanticismo) y que la irrupción en los años 30 del Movimiento Moderno no hubiera sido posible sin pasar por el Modernismo y el Art Decó.
Comprendimos además que la diferencia entre la primera silla (estilo Luis XIV) y la segunda (estilo Luis XVI), ambas de origen francés, reside en consecuencias sociales, entre otras, la Revolución Francesa del Siglo XVIII, a partir de la cual el diseño giró hacia un aspecto más austero, eliminando la voluptuosidad y lo recargado del estilo barroco y rococó.
La historia del mueble, del diseño, de la arquitectura, nos la imaginamos entonces como el movimiento de un péndulo, con épocas de gusto por la decoración que acaban rompiendo y volviendo a lo más esencial.
La sociedad reproduce sus pensamientos y su historia en sus diseños y nos dimos cuenta como todo se conecta y se solapa. Hablar de la historia del mueble, como otras disciplinas, es contar la historia de nuestras sociedades y nuestra cultura.