Financiación para el emprendimiento individual (Fase Inicial)
La financiación es una de las cuestiones fundamentales a lo largo de la vida de un proyecto de innovación. Existen multitud de fórmulas y circunstancias que definen el origen de los fondos que permiten sufragar una iniciativa de este tipo.
Hay proyectos que nacen desde los laboratorios de investigación de la Universidad, donde es la propia universidad y sus empresas colaboradoras las que ayudan a los inicios del I+D, hasta que una vez embastado el producto y la oportunidad, se convierten en una nueva empresa (spin-off) con los fondos ya de inversores privados y empresas de capital riesgo.
Sin embargo, si partes de cero como la mayoría de los emprendedores, lo más fácil y práctico es comenzar con tu propio capital, por pequeño que sea, y las aportaciones de los FFF (Friends, Family & Fools) Los ‘Fools’ no se tratan de descerebrados con ganas de perder dinero. Se tratan de inversores o personas con suficiente dinero que deciden apostar por tu idea con una cantidad de dinero más bien reducida, sin tener un profundo conocimiento de la tecnología y contenido del producto que deseas desarrollar. Sin embargo, tu idea ‘sounds good’ y además tienen plena confianza en ti y en tus capacidades, ya sea por referencias o porque has conseguido crear un buen feeling con ellos durante las entrevistas que hayas mantenido para ‘vender’ tu idea. Muchas veces suelen ser empresarios pero con un menor conocimiento del entorno industrial en el que se basa tu idea. Esa diversidad es un buen atractivo para ellos.
Con ese capital inicial se lanzan la mayoría de las iniciativas emprendedoras individuales. Sin embargo hay que ser especialmente preciso con el producto, prototipo, I+D que vayas a realizar, pues es muy importante que el presupuesto te dé la oportunidad de vender el resultado de ese trabajo. Cuando hablamos de vender nos referimos a poder presentar ese producto a un segundo y más potente nivel de inversores como foros de inversión privada y Business-Angels
En caso de que necesites un importe mayor para poder construir ese primer producto/asset ‘vendible’, lo más apropiado es buscar financiación pública a través de entidades como ENISA, CDTI u otras locales. Para ello es necesario poder presentar un plan de producto y empresa completo a 3-5 años, con una rentabilidad aceptable, un plan coherente y una componente innovadora atractiva. No escatimes esfuerzos para realizar bien la valorización de tu iniciativa de innovación.
Como decía anteriormente, es fundamental ser preciso con la gestión presupuestaria. Con el presupuesto que hayas conseguido es especialmente importante tener una reserva final para poder lanzar, a pequeña escala, el producto/servicio/plataforma al mercado. Para el segundo nivel de inversión es fundamental que el producto tenga cara y ojos, y además haya dado unas primeras señales en el mercado, al menos haber realizado lo que se denomina un test de mercado, aunque no se puede descartar que en caso de que la idea y proyecto sean muy potentes puedas acceder a niveles superiores de inversión sin haber salido al mercado.
Víctor Espinosa
Empresario – Colaborador en Innova Institute
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