Federico Correa y su obra en Cadaqués.
El día 16 de Octubre, Federico Correa (Doctor Honoris Causa de la Universidad Ramon Llull) dio una pequeña charla en el Máster Proyecto Integrado de Arquitectura. Habló de sus obras en Cadaqués, sus experiencias, sus influencias, y reflexiones en torno a la arquitectura popular Mediterránea.
Su trayectoria profesional estuvo marcada por dos grandes influencias: la colaboración con el arquitecto José Antonio Coderch y el trabajo de cuatro arquitectos italianos. De la colaboración en el despacho de Coderch hereda y aprende su profundo respeto por el lugar, y la búsqueda de la esencia de la arquitectura popular. Su segunda y definitiva influencia fueron los arquitectos italianos Ignazio Gardella, Franco Albini, Ernesto Nathan Rogers y Carlo Alberto Scarpa. De ellos aprende el aspecto ideológico detrás de la forma, y reafirma su posición de ferviente seguidor de la arquitectura racional y a la vez gran enemigo de la que llama la “falsa modernidad”.
Fueron horas de estudio y reflexión en torno a estos temas antes iniciar sus obras en Cadaqués. Obras que iniciaría junto a su gran amigo y socio Alfonso Milà; esta relación había iniciado desde la infancia y había continuado en la universidad. Nunca hubo un plan de trabajar juntos pero los unía la amistad, afinidad de pensamiento, ideologías e ideas y fue la base para trabajar en conjunto.
Federico Correa comentó “el destino los hizo amigos y luego la arquitectura los volvió socios”.
El arquitecto Federico Correa explico los proyectos Casa Vilavecchia, Casa Julia y Casa Rumeu, Casa Correa y Casa Segi, de los cuales se pueden extraer los siguientes principios con los que trabajaron:
Vanos: vanos muy ligeros de poca área que permitieran el ingreso de la luz sin incrementar los costos que un vano de gran área suponen.
Color: “El blanco en las paredes es más económico que mantener la piedra con tres pasadas basta” Determina para todas sus obras un acabado económico y de fácil manipulación por parte de los dueños de las obras como lo es la cal, esto supone un color blanco que expresaría la artificialidad de la obra en contraste con el paisaje.
Programa: mantiene a todo momento la relación acceso cocina-cocina comedor, como era típico en ese lugar, de tal manera que el estar gozara del paisaje mediterráneo.
Composición de la fachada: dispone los vanos como de forma discontinua con el desarrollo de la función interior no por medio de un lenguaje basado en la estructura o repetición tan típico de la falsa modernidad.
Relación con el entorno: utilizando materiales del sitio, técnicas constructivas y formas irregulares como el paralelepípedo regular de la casa Juliá a lo que le llamó “conjugar la obra con el paisaje”.
Relación interior exterior: propone espacios buscando que se pierda el límite entre el interior y exterior a través de continuidades en las texturas de piso y vistas. Al final de la conferencia el arquitecto Federico Correa explicó que era obligación del arquitecto “leer” “cultivarse” y sobre todo “pensar”.
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