Incendios en CPDs: los sistemas actuales de prevención y extinción más revolucionarios

Es innegable que en un entorno cada vez más digital, la industria de los CPDs está cobrando cada vez más importancia. Es por eso que las empresas deben emplear una buena parte de sus recursos en ya no simplemente construir un CPD lo más eficaz y eficiente posible, sino que también en su mantenimiento y creación de planes de recuperación dada la gran cantidad de características específicas que los hacen más vulnerables ante posibles desastres cuyo impacto puede llegar a ser catastrófico si no se contiene rápidamente como puede ser un incendio: gran cantidad de materiales plásticos, cableado, alta concentración de energía, elementos no visibles en falsos techos, etc. De hecho, actualmente existen las normativas NFPA 75 y 76 relativas a la prevención contra incendios en los data centres las cuales deben ser cumplidas por toda empresa que se preste a la construcción de uno, estableciendo los requisitos mínimos para la protección del equipamiento tecnológico y sus áreas de ubicación.

Como primer sistema de extinción de incendios nos encontramos con el de reducción de oxígeno o hipoxia. Este consiste en almacenar el gas en forma líquida para tener una mayor cantidad del mismo. Al activarse, reduce en muy poco tiempo la concentración de oxígeno en la sala, evitando la combustión e imposibilitando el inicio de la llama. Este sistema no daña los equipos de ningún modo, por lo que en caso de incendio, se requerirá menos trabajo para volver a poner todos los dispositivos en marcha. Aunque este método emplea gases no contaminantes para el medio ambiente, nos encontramos con que es muy peligroso para ambientes donde se encuentren trabajadores en formato presencial, pues al bajar la concentración de oxígeno de la sala, las personas que se encuentren en el interior presentarán asfixia y podrían ahogarse.

Como alternativa, existe también el sistema de gases fluorados. Estos gases se aplican directamente sobre la llama, enfriando y apagándola. Este método, al igual que el anterior, almacena el gas de manera licuada para obtener mayor cantidad. Cuando se activa solo necesita una pequeña concentración para sofocar el fuego, abaratando los costes de mantenimiento. El gas liberado no es altamente dañino para las personas, pero sí es altamente contaminante para el medio ambiente, ya que se compone de gases HFCs. Al requerir que el gas apunte directamente a la base de la llama, se necesita colocar un juego de tuberías por toda la sala, ocupando espacio e incrementando el coste de instalación comparado con el sistema de reducción de oxígeno. 

Como última alternativa revolucionaria nos encontramos con el agua nebulizada. Su funcionamiento se basa en la rápida evaporación de la misma absorbiendo mejor el calor, provocando un desplazamiento del oxígeno que genera una mayor superficie de gota. El enfriamiento y el efecto mojado permiten una lucha más efectiva contra el fuego, usando una mínima cantidad de agua en extinción. Este sistema no es nocivo para el medio ambiente ni para las personas que se puedan encontrar en la sala en el momento del incendio, ya que se basa en la aplicación de agua. Sin embargo, dejando a un lado su gran eficacia, este sistema puede dañar los dispositivos oxidándolos dado que al evaporar agua en la sala, la humedad de esta aumenta exponencialmente, afectando el interior de los dispositivos electrónicos que se encuentren al alcance de este sistema.

De cara a la elaboración del proyecto que debemos efectuar en la asignatura de “Gestión y planificación de redes”, investigaremos más a fondo sobre la inclusión de todas estas contramedidas vistas estudiando cuáles podrían ser los aspectos a tener en cuenta y os mantendremos informados sobre nuestros avances en posteriores entradas. ¡Muchas gracias por vuestro tiempo empleado en leernos!

Arturo Moseguí y Enric Sasselli