Los ámbitos decisorios de la innovación en la empresa

Hoy día ya nadie pone en duda la importancia y la ventaja competitiva que representa el tener una estrategia y una estructura bien desarrollada que permita a la empresa competir en el mercado con la creación y lanzamiento de iniciativas de innovación, para hacerse un hueco en éste, en forma de ‘business’ y beneficios sostenidos en el tiempo. Dentro de una empresa o corporación el papel de la gestión de la innovación (Business Innovation) se desarrolla fundamentalmente a dos niveles:
Nivel Estratégico.- Con el apoyo incondicional de la Dirección se establece una estructura con ‘nombre y apellidos’ y sostenida en el tiempo que, como en una cadena de producción, identifica, selecciona, desarrolla prototipos y presenta iniciativas y/o proyectos al Comité de Aprobación o Dirección, 100% alineados al plan estratégico de la compañía. En la mayoría de los casos existe un plan estratégico para los próximos años, y sobre éste, se identifican y asignan los proyectos principales de la compañía.
De este plan estratégico nace un Portafolio de Proyectos, uno o varios Programas de Proyectos, y en muchas situaciones, se requiere la implantación de un órgano denominado habitualmente Oficina de Proyectos, que se encarga de que el portafolio de proyectos se lleve a cabo con los resultados y los objetivos esperados por la Organización.
Asimismo, la estrategia innovadora, no sólo se centra en los proyectos necesarios para evolucionar y transformar la empresa y su negocio, sino que abarca todos los ámbitos organizativos y ‘culturales’ de la empresa, especialmente en lo que se refiere a los Recursos Humanos, potenciando esa fórmula de trabajo mediante másters, programas y cursos de formación en Gestión, Certificación y Evaluación de la Innovación, y también para potenciar el emprendimiento individual y colectivo de los empleados.
Nivel Operativo.- Cada área o departamento, independientemente de su involucración en los proyectos estratégicos de la empresa, posee, normalmente, cierta capacidad de maniobra para que en el día a día identifiquen oportunidades, en algunos casos, claramente innovadoras, y en otros, clasificables como mejoras. Si eres responsable de un área o departamento, sabes muy bien de que hablo. El responsable identifica aquellas oportunidades que representan una mejora o beneficio claro para su área, y en base a la gestión presupuestaria de la que disponga, se encargará de desarrollar e implantar aquellos proyectos seleccionados.
En algunos casos, y en función del coste, la decisión es tomada directamente por el propio responsable. Pero en otros casos, y esto hoy en día es un hecho en la mayoría de las empresas, el umbral de autodecisión económica está muy limitado, estableciéndose un work-flow interno para la aprobación de proyectos e inversiones, y unos requisitos, desde el punto de vista de negocio, organización y procedimiento ético, suficientes.
Esto obliga, sin duda, a cada departamento o área, a preparar bien sus argumentos empresariales para presentar y justificar, al Comité de Aprobación asignado para este menester, la conveniencia y beneficios a obtener con ese proyecto y/o inversión.