Empezando curso en MCDEM La Salle

El curso 2011-2012 del MCDEM La Salle ha empezado con ilusión, trabajo y alguna sorpresa. Los alumnos se han lanzado a conocer este nuevo horizonte que es la Multimedia: nuevos conceptos, nuevas herramientas y, sobre todo, nuevas ideas. Porque la creatividad es la clave en este máster, que aunque trabaje con Serious Games, está haciendo a los alumnos recordar su infancia para aprender a volver a jugar.

El trabajo en equipo supone también nuevo reto en este primer mes en el Media Dome, nuestra segunda casa. Se respira en el ambiente las ganas de participar, de crear proyectos desde cero a los que pocos de nosotros nos habíamos enfrentado antes. El enfoque que tiene el MCDEM de crear equipos multidisciplinares, con profesionales de la tecnología, del arte, de la comunicación y la empresa, hace que aprendamos también de los demás, de las experiencias que ha tenido el otro y que aportan ideas de todos ámbitos.

Día a día nos reunimos y hablamos de nuevas posibilidades, de planteamientos a los que uno solo no se habría enfrentado. Con el MCDEM no sólo se hacen simulacros virtuales, sino que se vive realmente el desarrollo de los proyectos como si fueran reales. Esperamos que finalmente lo sean y que dentro de un año podamos decir que lo que juegas con tu móvil lo hemos inventado desde nuestro pequeña salita en Barcelona.

En solo un mes, los alumnos de MCDEM ya hemos empezado los primeros proyectos: desde juegos de mesa, hasta la generación de una pequeña obra de arte. Parece fácil, pero ¿quién ha pensado en las personas que se inventan los juegos o las aplicaciones que utilizas en tu Smartphone? ¿Cómo hacen las reglas de algo completamente nuevo, diferente, que sea divertido y además enganche a la gente? Por suerte, éstas y más preguntas son las que día a día se responden en el MCDEM. Con la aplicación de metodologías innovadoras, nos enseñan a imaginar lo que nadie antes había pensado. Dinámicas que ya se siguen en las empresas tecnológicas más punteras, donde el trabajo en equipo se convierte en un juego que nosotros mismos creamos y que cada día, cada vez un poco más, aplicamos también en nuestra vida.

Pero no es fácil,  las semanas son intensas y cada uno de nosotros se enfrenta a conceptos que parece que rocen más el futuro que nuestra realidad diaria. Entrar en el Dome es dejar el resto de tus preocupaciones atrás y pensar en problemas que pocos antes se habían planteado. Pero saber que estás en un espacio al que poca gente tiene acceso es también una responsabilidad. De querer mejorar e innovar cada día, de que cada nuevo proyecto supere al anterior y mañana, cuando lo enseñemos, pueda también ser un reto para quien lo conozca.

Aunque no se pierde la filosofía: jugar para aprender y aprender jugando. Que cada día pueda haber algo diferente en tu vida, en la nuestra, en la que tenemos que compartir con todo lo que nos rodea. Ésta es la idea.